domingo, 24 de abril de 2016

RESEÑA SOBRE CAUTIVO (SOBRE MIGUEL DE CERVANTES) DE F. MORALES LOMAS POR MAGDALENA PERALTA GILABERT


LA NOVELA DE F. MORALES LOMAS ESTÁ AMBIENTADA EN LAS VIVENCIAS DE CERVANTES EN ITALIA Y EN ARGEL. UNA RECREACIÓN NOVELESCA DONDE CERVANTES ES PROTAGONISTA ABSOLUTO DE AMORES Y LUCHAS PARA CONSEGUIR LA LIBERTAD



 LA DIGNIDAD COMO FORMA DE LIBERTAD 

MAGDALENA PERALTA GILABERT



Se cumplen  cuatrocientos años de la muerte de  Miguel de Cervantes Saavedra el 22 de abril de 2016, y el escritor, ensayista y profesor Francisco Morales Loma (Campillo de Arenas, Jaén), residente en Málaga,  haciendo culto al hombre, se vuelca en la época que le tocó vivir al autor del Quijote,  y lo recrea en esta trilogía "El Imperio de Sol" que tras sucesivas entregas "Bajo el signo de los Dioses" (2013), "Cautivo" "(2014), la que nos ocupa, y "Puerta Carmona", pendiente de aparecer, intenta acercarnos a la figura del genio y también al mito, convirtiéndolo  en el hilo conductor de estas tres obras, en la España de entonces. 
Francisco Morales Lomas, al confeccionar "Cautivo" se documenta en ese periodo (s XVI y XVII) de esplendor histórico y a la par literario,  aunque moralmente enfrentado,  por ese miedo constante al avance del Islam en el mar Mediterráneo cuando la apostasía se apoderaba de la Iglesia, dándonos así una visión de ese espacio temporal y cultural y para lo que construye una historia novelada y bien ambientada. 
En la novela su autor, nos refleja la juventud de  Cervantes (Italia, Árgel) periodo más desconocido, o  ese  momento en que honor, honra y la limpieza de sangre, son bienes preciados, para crear una figura, ejemplo de dignidad y entereza, y hacer del sufrimiento algo ligado a la vida donde el amor es esa fuente de la que bebemos  para convertirnos en esquivos, utilizando el más rico estilo expresivo  convierte  a  Cautivo en un tratado acerca del amor y su condición. ¿Acaso ser cautivo no es otra forma de estar enamorado?  Nos confiesa su autor. 
Es en palabras de Morales Lomas, ya desde Argel, como un eco que le llega, al personaje de Cautivo, su pasado lleno de aventuras: su salida de España, llegada a Italia y sobre todo Roma, su pasado cultural, pero también la lisonja e hipocresía que reina en sus palacios y, como cortesano que no haya cabida, se dirige a Nápoles, ciudad de puerto y mundana, donde decide  dar culto a las armas pues convencido que dan más honra que  las letras, Messina, Lepanto, Argel..., hacen de esta obra un encuentro de culturas, cada una con su respectiva idiosincrasia, donde cristianos, moros, musulmanes, turcos judíos y renegados, los más y más perversos con la libertad que les permitía vivir en Argel aunque cada uno ocupase su lugar. Gentes venidas de todas partes, lugar de mercaderes donde la religión no es óbice para alcanzar pingües ingresos. Un espacio propicio para recrear  un libro de época y que Morales Lomas ha sabido plasmar el sabor que nos deja el mejor Cervantes. 
Un Cervantes que se define a sí mismo -en palabras de Morales Lomas- discreto, perspicaz, intrépido, arrogante y porfiado, abierto al entendimiento y renuente a la reprobación de las costumbres de un pueblo (siempre que no fueran salvajes como la amputación de manos y orejas) porque decía que los pueblos eran dueños de sus obras y en cada pueblo había habido usanzas que lo habían moldeado y tan despreciables como éstas o más porque había amputaciones del alma que eran más rigurosas que las del cuerpo.  

Cautivo se debate más en el sueño que en la realidad, pero siempre con el recuerdo, afincado a ese Estrecho que queda en  la memoria,  acabada ésta,  siendo  la celda del amor la única que soporta. El escritor Morales Lomas nos deja con el aliento que da la libertad de una pluma bien compartida: “Partió el barco por la bocana del puerto y lo acompañaba un batir de alas de gaviotas cuando se vio la figura de una mujer que poco a poco se iba alejando como un sueño o que se iba acercando como el pasado, con la ardentía o el temblor que da la fantasía de la vida”.
 Es un escritor que ha sabido convertir la dignidad en una forma de existir de un Cervantes que trasciende a generaciones venideras